Dicen los amantes del fútbol y del rocanrol que ambos sentimientos son inseparables, pero que cuando vas al estadio a ver a tu equipo puedes llevarte una gran decepción y sin embargo, de un concierto de rock nunca sales derrotado.
Eso debió de pensar más de un cosmopolita de los que deambulaba por el Madrid antiguo la cuasi invernal noche del 23 de noviembre del 2016, transitando la pintoresca depresión que sucede entre el Viaducto de Segovia y el Estadio Vicente Calderón, donde veían mezclarse multitudes de aficionados del Atlético de Madrid con numerosos seguidores de la ya clásica banda de rock sueco Europe, con destino a la ya mítica sala La Riviera.
Y es que si de sentimientos se trata esto de la cultura da igual la precisión, el virtuosismo o contemporaneidad de los artistas porque si defiendes con orgullo, valor y garra tus colores, la afición va a estar siempre de tu lado.
Y eso es que lo hizo Europe en la citada noche. Como si de un longevo club de fútbol asturiano o inglés se tratara, salió al escenario de La Riviera a desplegar su moderna interpretación del hard rock a través de las canciones publicadas en su último álbum War Of Kings, seguidas de una interpretación del legendario disco The Final Countdown, de cuya publicación y gira mundial se cumplen nada menos que 30 años.
A sus 52 años, Joey Tempest es un frontman maduro en un estado de forma excepcional que dirige a la banda con una maestría y sencillez digna de los grandes jugones. Sincronizar un concierto de menos a más con dos set list claramente separados como el de War Of Kings y The Final Countdown no es tarea sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que entre el público tienes a veteranos de los que juegan sin espinilleras, y a su vez a «cadetes» que debutan en un concierto de rocanrol.
No vamos a destripar aquí el contenido de la gira 3o Aniversario The Final Countdown pero si podemos apuntar que para la misma, Joey Tempest ha recuperado algunos tonos y notas que los años le habían obligado a bajar, así como la capacidad de sostener las guitarras en un sistema mucho más bluesy por parte de John Norum, respecto al reencuentro de la banda en el 2004, o al virtuosismo de las giras de los suecos en los 80.
Mic Michaeli, a los teclados, resulta un hombre de transiciones y mucho menos protagonista que en épocas anteriores, y los soberbios Ian Haugland y John Leven, forman un backline único que es harto difícil de ver a día de hoy en directo en cualquier tipo de banda: sencillez, pasión y ritmos clásicos aúpan a Europe a unos niveles de interpretación imposibles de encontrar en sus propios conciertos de épocas anteriores.
Tener el lujo de presenciar la interpretación en su totalidad, y en orden, de un disco perfecto como The Final Countdown, 30 años después de que ese mismo disco a través de la radio y de una maltrecha cinta de música descubrieran a muchas personas que las guitarras eléctricas existen, que el rock no entiende de subgéneros – en realidad si entiende pero los discos DIEZ son discos DIEZ independientemente de su estilo- y que lo que importa es saltar, bailar, cantar, volar y llorar, es algo que los 7.20o millones de habitantes de este planeta no tienen la capacidad de disfrutar a día de hoy así que…no dejes de vivir ni de sentir, no te vuelvas un hombre o mujer impasible ni insensible, si una banda de barrio, clásica o melosa te abre una puerta al rocanrol y a los sentimientos, sigue la luz, porque si no, AUNQUE TU NO LO SEPAS…ya llega… THE FINAL COUNTDOWN!